Con el inicio del año escolar, la primera tarea es para los padres: darle a los hijos un espacio adecuado para que estudien y que puedan realizar los deberes de la escuela. El lugar debe estar bien iluminado, debe ser cómodo, funcional y sobre todo, debe ser un lugar en el que los hijos vean reflejados sus gustos y su personalidad.
Este espacio se puede ubicar dentro de la habitación. Cuando se coloque el escritorio, hay que cuidar que no interfiera con los otros muebles ni que entorpezca con la circulación. También es importante que el escritorio y la silla combinen con el resto del mobiliario. Puede ser que se tome el estilo, los materiales o el color.
Un escritorio para realizar tareas puede estar entre 80-120 cm. de largo y 40-60 cm. de ancho. Pero siempre proporcional al tamaño completo de la habitación. La silla debe ser cómoda y con la capacidad de adaptarse a diversas alturas. Las que tienen rodos son recomendables si es necesario movilizarse constantemente. Pero si esto no se requiere, se puede optar por una silla fija que siempre resulta más estable.
Para leer y estudiar no hay nada como la luz natural, así que lo recomendable es colocar el escritorio cerca de la ventana. Pero este tipo de luz tiene sus desventajas, su intensidad cambia y en ciertas temporadas del año, es insuficiente, por lo que es necesario utilizar cortinas que la atenúen cuando sea intensa.
También es necesaria una lámpara de mesa. Debe ser una luz clara y que pueda controlarse para adaptarse a diferentes situaciones y necesidades. Al igual que con la luz natural debe procurarse que no genere sombras y que tampoco encandile. Un truco es colocar la luz a contramano de la que se utiliza para escribir. Una lámpara colgante que ilumine específicamente el escritorio, puede ser la mejor solución.
Un espacio bien organizado transmite limpieza, pero también es garantía de que se tendrá a mano todo lo necesario para estudiar. En esta línea, las libreras, repisas, gavetas y organizadores son elementos imprescindibles. Para minimizar el desorden típico de una habitación de niños, se recomienda colocar el área de estudio separado de los closets y de los gaveteros. De esta manera, se minimizan las posibilidades de que el escritorio termine lleno de ropa.
Con estas ideas es fácil destinarse un buen lugar de estudio dentro de la habitación, pero como en todo proyecto de interiores, no hay que olvidar que lo más importante son los gustos de las personas que ocuparán el espacio, en este caso, niños y adolescentes.
Esta es una buena excusa para involucrarlos. Pueden ser ellos los que escojan los accesorios decorativos. Hay que darles un lugar funcional, pero también uno en el que se sientan completamente a gusto. Esa es la primera tarea del año.
Este espacio se puede ubicar dentro de la habitación. Cuando se coloque el escritorio, hay que cuidar que no interfiera con los otros muebles ni que entorpezca con la circulación. También es importante que el escritorio y la silla combinen con el resto del mobiliario. Puede ser que se tome el estilo, los materiales o el color.
Un escritorio para realizar tareas puede estar entre 80-120 cm. de largo y 40-60 cm. de ancho. Pero siempre proporcional al tamaño completo de la habitación. La silla debe ser cómoda y con la capacidad de adaptarse a diversas alturas. Las que tienen rodos son recomendables si es necesario movilizarse constantemente. Pero si esto no se requiere, se puede optar por una silla fija que siempre resulta más estable.
Para leer y estudiar no hay nada como la luz natural, así que lo recomendable es colocar el escritorio cerca de la ventana. Pero este tipo de luz tiene sus desventajas, su intensidad cambia y en ciertas temporadas del año, es insuficiente, por lo que es necesario utilizar cortinas que la atenúen cuando sea intensa.
También es necesaria una lámpara de mesa. Debe ser una luz clara y que pueda controlarse para adaptarse a diferentes situaciones y necesidades. Al igual que con la luz natural debe procurarse que no genere sombras y que tampoco encandile. Un truco es colocar la luz a contramano de la que se utiliza para escribir. Una lámpara colgante que ilumine específicamente el escritorio, puede ser la mejor solución.
Un espacio bien organizado transmite limpieza, pero también es garantía de que se tendrá a mano todo lo necesario para estudiar. En esta línea, las libreras, repisas, gavetas y organizadores son elementos imprescindibles. Para minimizar el desorden típico de una habitación de niños, se recomienda colocar el área de estudio separado de los closets y de los gaveteros. De esta manera, se minimizan las posibilidades de que el escritorio termine lleno de ropa.
Con estas ideas es fácil destinarse un buen lugar de estudio dentro de la habitación, pero como en todo proyecto de interiores, no hay que olvidar que lo más importante son los gustos de las personas que ocuparán el espacio, en este caso, niños y adolescentes.
Esta es una buena excusa para involucrarlos. Pueden ser ellos los que escojan los accesorios decorativos. Hay que darles un lugar funcional, pero también uno en el que se sientan completamente a gusto. Esa es la primera tarea del año.