La ceremonia de inauguración dio el pitazo de salida a los XXII Juegos Olímpicos de Invierno, que se celebran en la ciudad rusa de Sochi. La fiesta se inició se llevó a cabo en el nuevo estadio Fisht, a orillas del Mar Negro, bajo el lema "Dreams of Rusia" ("Sueños de Rusia").
Tras un espectáculo de dos horas y media de duración en el que se expuso la historia y la cultura del país anfitrión, el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró oficialmente inaugurados los Juegos: "Declaro inaugurados los XXII Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi", dijo Putin, a las 22.27 horas (hora local), siguiendo la fórmula protocolaria establecida por el COI para los jefes de Estado del país organizador. Dos leyendas del deporte soviético, el portero de hockey sobre hielo Vladislav Tretiak y la patinadora Irina Rodniná, encendieron el pebetero.
Más de 40 jefes de estado y de gobierno de diferentes países asistieron a una ceremonia realizada bajo estrictas medidas de seguridad. Entre los asistentes no figuraron, los presidentes estadounidense, Barack Obama, francés, Francois Hollande, o alemán, Joachim Gauck, ni el primer ministro británico, David Cameron, en un gesto considerado una protesta contra la política rusa en materia de derechos humanos, y en concreto en relación con el colectivo homosexual.
Se estima que la audiencia televisiva global alcazará los 3.000 millones de espectadores. Sin embargo, el estadio Fisht, construido especialmente para los Juegos, lució algunos de sus 40.000 asientos vacíos.
fuente: masdeporte.as.com
Tras un espectáculo de dos horas y media de duración en el que se expuso la historia y la cultura del país anfitrión, el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró oficialmente inaugurados los Juegos: "Declaro inaugurados los XXII Juegos Olímpicos de Invierno de Sochi", dijo Putin, a las 22.27 horas (hora local), siguiendo la fórmula protocolaria establecida por el COI para los jefes de Estado del país organizador. Dos leyendas del deporte soviético, el portero de hockey sobre hielo Vladislav Tretiak y la patinadora Irina Rodniná, encendieron el pebetero.
Más de 40 jefes de estado y de gobierno de diferentes países asistieron a una ceremonia realizada bajo estrictas medidas de seguridad. Entre los asistentes no figuraron, los presidentes estadounidense, Barack Obama, francés, Francois Hollande, o alemán, Joachim Gauck, ni el primer ministro británico, David Cameron, en un gesto considerado una protesta contra la política rusa en materia de derechos humanos, y en concreto en relación con el colectivo homosexual.
Se estima que la audiencia televisiva global alcazará los 3.000 millones de espectadores. Sin embargo, el estadio Fisht, construido especialmente para los Juegos, lució algunos de sus 40.000 asientos vacíos.
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