Bajo el lema “Apoyamos tus esfuerzos para la conservación de la energía”, desde 1990, el Energy Conservation Center Japan (ECCJ) premia a las compañías japonesas por sus sistemas de gestión y ahorro energético. Este año, Honda ha sido merecedor dos de los cinco premios: Caso de Éxito en Conservación de la Energía y Gran Premio por Excelente Equipamiento para la Conservación de la Energía. Esta es la primera ocasión que la compañía recibe dos de estos premios en una misma edición.
Honda ha recibido los premios gracias a la gestión de la planta de automóviles de Yorii, en Saitama, la cual ha sido premiada como caso de éxito, y la planta de transmisión de Hamamatsu, cuyo equipamiento de conservación de la energía ha destacado entre sus oponentes.
La planta de Honda en Yorii representa el modelo de fábrica sostenible que Honda quiere instaurar en 27 países. No es la primera vez que recibe un galardón. En 2013, esta recibió el Premio Prevención del Calentamiento Global 2013 otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente japonés y el informe Best Global Brands 2014 la señaló como una de las razones para posicionar a Honda como la tercera marca más sostenible del mundo.
La planta de transmisión de Hamamatsu, inaugurada en 2011, también tiene una función de liderazgo. Es la fábrica de transmisiones más importante de la Compañía y está equipada con un sistema de generación de energía solar y avanzados diseños medioambientales, como el uso de agua de lluvia y forestación del tejado.
Los recursos limitados, combinados con una alta demanda de energía, han hecho que Japón fomente desde hace años la innovación en ahorro energético y el desarrollo de energías alternativas. El gran terremoto y el posterior tsunami que asolaron el este de Japón en 2011 afectaron severamente a los sistemas de suministro de energía, lo que puso en evidencia la vulnerabilidad frente a los desastres naturales y cuestionó la seguridad de la energía nuclear.
Después del terremoto, el Gobierno japonés reconsideró el Plan de Energía Básico para construir una estructura más sólida y fueron aprobadas leyes que fomentan energías renovables como la solar, la eólica o la geotérmica. Desde entonces, las políticas relacionadas con la demanda y el suministro de energía se han convertido en prioridad nacional, y grandes empresas japonesas como Honda se han unido al gobierno para optimizar la producción y el ahorro de electricidad. Esto ha resultado además en una reducción de emisiones de CO², crecimiento económico para el país y avances para afrontar el problema del cambio climático a nivel global.
Honda aplica medidas medioambientales desde los años 60 y, estas son gestionadas con especial cuidado desde que publicó su manifiesto medioambiental en 1992. La meta es reducir al mínimo el impacto de todas y cada una de las fases de fabricación, incluida la vida de sus productos.
Honda ha recibido los premios gracias a la gestión de la planta de automóviles de Yorii, en Saitama, la cual ha sido premiada como caso de éxito, y la planta de transmisión de Hamamatsu, cuyo equipamiento de conservación de la energía ha destacado entre sus oponentes.
La planta de Honda en Yorii representa el modelo de fábrica sostenible que Honda quiere instaurar en 27 países. No es la primera vez que recibe un galardón. En 2013, esta recibió el Premio Prevención del Calentamiento Global 2013 otorgado por el Ministerio de Medio Ambiente japonés y el informe Best Global Brands 2014 la señaló como una de las razones para posicionar a Honda como la tercera marca más sostenible del mundo.
La planta de transmisión de Hamamatsu, inaugurada en 2011, también tiene una función de liderazgo. Es la fábrica de transmisiones más importante de la Compañía y está equipada con un sistema de generación de energía solar y avanzados diseños medioambientales, como el uso de agua de lluvia y forestación del tejado.
Los recursos limitados, combinados con una alta demanda de energía, han hecho que Japón fomente desde hace años la innovación en ahorro energético y el desarrollo de energías alternativas. El gran terremoto y el posterior tsunami que asolaron el este de Japón en 2011 afectaron severamente a los sistemas de suministro de energía, lo que puso en evidencia la vulnerabilidad frente a los desastres naturales y cuestionó la seguridad de la energía nuclear.
Después del terremoto, el Gobierno japonés reconsideró el Plan de Energía Básico para construir una estructura más sólida y fueron aprobadas leyes que fomentan energías renovables como la solar, la eólica o la geotérmica. Desde entonces, las políticas relacionadas con la demanda y el suministro de energía se han convertido en prioridad nacional, y grandes empresas japonesas como Honda se han unido al gobierno para optimizar la producción y el ahorro de electricidad. Esto ha resultado además en una reducción de emisiones de CO², crecimiento económico para el país y avances para afrontar el problema del cambio climático a nivel global.
Honda aplica medidas medioambientales desde los años 60 y, estas son gestionadas con especial cuidado desde que publicó su manifiesto medioambiental en 1992. La meta es reducir al mínimo el impacto de todas y cada una de las fases de fabricación, incluida la vida de sus productos.