Andrea Cardona, la alpinista guatemalteca que ha logrado el Everest y el Adventurers Grand Slam, se encuentra lista para el reto “De Everest a Lhotse en 24 horas”, el cual consiste en alcanzar la cumbre de la montaña más alta del mundo, el Monte Everest, y el mismo día descender para subir a la cumbre del Monte Lhotse, luego de tres años de planificación, entrenamiento y la culminación del mismo en estos últimos dos meses.
Andrea iniciará la travesía del reto Everest-Lhotse el 4 de abril. Estima alrededor de 1 mes y medio para aclimatar y luego subir los 8,848 msnm del Everest, desde donde debe descender y alcanzar el pico de Lhotse, de 8,414 msnm, en menos de 24 horas, poniendo en máxima prueba su resistencia y determinación para finalizar el reto el 21 de mayo. De culminar esta prueba, Andrea Cardona se convertiría en la primer mujer del mundo en superar el desafío Everest-Lhotse.
Dado lo complejo del reto, Cardona ha realizado un arduo entrenamiento durante los últimos meses, finalizando su última etapa esta semana. Desde el 7 de febrero de este año, ha estado en Mendoza, Argentina, entrenando en el Monte Aconcagua, el más elevado del hemisferio sur, con una altura de 6,960 msnm, que es conocido como el segundo de mayor altura relativa, después del Monte Everest. Al llegar, Andrea tuvo que superar quebrantos de salud, lo cual la obligó a iniciar su entrenamiento en el Aconcagua 4 días después de lo previsto.
Pero una vez superada esta primera prueba, Cardona inició el ascenso con un clima agradable, realizando 3 horas de recorrido hasta el primer campo, Confluencia a 3,400 msnm, con una mochila de 45 libras en su espalda. Equipo como como carpas, comida y botas de escalar, etc., fue trasladado por mulas al campo base.
En los días siguientes, alcanzó diferentes puntos, como Plaza Francia a 4,100 msnm y Plaza de Mulas a 4,300 msnm, hasta llegar a Nido de Cóndores a 6,000 msnm, punto en el que se encontró con fuertes vientos, lo que la obligó a detener su marcha y acampar hasta que mejorara el clima. En este punto, relata Andrea, se descompuso la bomba que lleva aire y presión al cilindro de gas, con el cual se cocina y se derrite nieve para beber, por lo que tuvo que hacer frente a esos nuevos desafíos.
“Lo importante en los entrenamientos es precisamente superar este tipo de pruebas, pues cuando esté subiendo el Everest o el Lhotse todo puede pasar y es precisamente la preparación previa la que permite superar los obstáculos”, comenta la alpinista guatemalteca.
Una vez lograron componer la bomba de gas para hidratarse y superada la tormenta, Andrea y su equipo siguieron escalando, esta vez hasta llegar a Independencia, a 6,400 msnm, y seguir hasta Canaleta, a 6,700 msnm. En este punto, cuenta Andrea, cada paso requería de dos a tres respiraciones y la falta de oxigenación se hacía presente con toda su fuerza.
Finalmente, el día 19 de febrero a las 12:14 horas, Andrea Cardona y su equipo llegan a la cumbre de las Américas, entre lágrimas derivadas del esfuerzo y la gratitud al ver realizado un sueño, el sueño de alcanzar una vez más la cima del Aconcagua, en preparación para su próxima expedición, el reto Everest-Lhotse.
“Con mucho sentimiento desplegué la misma bandera de Guatemala que ondeé en la cumbre del Everest en 2010. Esa bandera, cargada de sueños cumplidos y de sueños por venir, lleva simbólicamente los sueños de un pueblo, que mantiene firme la esperanza de la igualdad de género, de empoderamiento, de unión y orgullo nacional”, comparte Andrea Cardona.
La alpinista guatemalteca explica que, durante la travesía de su último entrenamiento, se enfrentó a muchas variables y factores externos que definen poder llegar o no a la cumbre, como lo son el clima, el estado de salud y la planificación de recursos, como comida y logística, el equipo de escalada adecuado y la eficiencia que conforma el equipo de apoyo y el equipo con quien escala.
“Escoger el equipo adecuado de personas es esencial en este tipo de travesías o retos, la confianza, el nivel de experiencia y la armonía son los factores más importantes que se deben tomar en cuenta al prepararse para escalar una montaña”, comenta Andrea Cardona.
Según la atleta, a nivel personal la decisión más importante es llegar lo más preparado posible, no sólo para aumentar las posibilidades de lograr alcanzar el reto, sino para asegurarse de no ser una carga para el equipo con que se acompaña el escalador.
foto: andreacardona.com |
Andrea iniciará la travesía del reto Everest-Lhotse el 4 de abril. Estima alrededor de 1 mes y medio para aclimatar y luego subir los 8,848 msnm del Everest, desde donde debe descender y alcanzar el pico de Lhotse, de 8,414 msnm, en menos de 24 horas, poniendo en máxima prueba su resistencia y determinación para finalizar el reto el 21 de mayo. De culminar esta prueba, Andrea Cardona se convertiría en la primer mujer del mundo en superar el desafío Everest-Lhotse.
Dado lo complejo del reto, Cardona ha realizado un arduo entrenamiento durante los últimos meses, finalizando su última etapa esta semana. Desde el 7 de febrero de este año, ha estado en Mendoza, Argentina, entrenando en el Monte Aconcagua, el más elevado del hemisferio sur, con una altura de 6,960 msnm, que es conocido como el segundo de mayor altura relativa, después del Monte Everest. Al llegar, Andrea tuvo que superar quebrantos de salud, lo cual la obligó a iniciar su entrenamiento en el Aconcagua 4 días después de lo previsto.
Pero una vez superada esta primera prueba, Cardona inició el ascenso con un clima agradable, realizando 3 horas de recorrido hasta el primer campo, Confluencia a 3,400 msnm, con una mochila de 45 libras en su espalda. Equipo como como carpas, comida y botas de escalar, etc., fue trasladado por mulas al campo base.
En los días siguientes, alcanzó diferentes puntos, como Plaza Francia a 4,100 msnm y Plaza de Mulas a 4,300 msnm, hasta llegar a Nido de Cóndores a 6,000 msnm, punto en el que se encontró con fuertes vientos, lo que la obligó a detener su marcha y acampar hasta que mejorara el clima. En este punto, relata Andrea, se descompuso la bomba que lleva aire y presión al cilindro de gas, con el cual se cocina y se derrite nieve para beber, por lo que tuvo que hacer frente a esos nuevos desafíos.
“Lo importante en los entrenamientos es precisamente superar este tipo de pruebas, pues cuando esté subiendo el Everest o el Lhotse todo puede pasar y es precisamente la preparación previa la que permite superar los obstáculos”, comenta la alpinista guatemalteca.
Una vez lograron componer la bomba de gas para hidratarse y superada la tormenta, Andrea y su equipo siguieron escalando, esta vez hasta llegar a Independencia, a 6,400 msnm, y seguir hasta Canaleta, a 6,700 msnm. En este punto, cuenta Andrea, cada paso requería de dos a tres respiraciones y la falta de oxigenación se hacía presente con toda su fuerza.
Finalmente, el día 19 de febrero a las 12:14 horas, Andrea Cardona y su equipo llegan a la cumbre de las Américas, entre lágrimas derivadas del esfuerzo y la gratitud al ver realizado un sueño, el sueño de alcanzar una vez más la cima del Aconcagua, en preparación para su próxima expedición, el reto Everest-Lhotse.
“Con mucho sentimiento desplegué la misma bandera de Guatemala que ondeé en la cumbre del Everest en 2010. Esa bandera, cargada de sueños cumplidos y de sueños por venir, lleva simbólicamente los sueños de un pueblo, que mantiene firme la esperanza de la igualdad de género, de empoderamiento, de unión y orgullo nacional”, comparte Andrea Cardona.
La alpinista guatemalteca explica que, durante la travesía de su último entrenamiento, se enfrentó a muchas variables y factores externos que definen poder llegar o no a la cumbre, como lo son el clima, el estado de salud y la planificación de recursos, como comida y logística, el equipo de escalada adecuado y la eficiencia que conforma el equipo de apoyo y el equipo con quien escala.
“Escoger el equipo adecuado de personas es esencial en este tipo de travesías o retos, la confianza, el nivel de experiencia y la armonía son los factores más importantes que se deben tomar en cuenta al prepararse para escalar una montaña”, comenta Andrea Cardona.
Según la atleta, a nivel personal la decisión más importante es llegar lo más preparado posible, no sólo para aumentar las posibilidades de lograr alcanzar el reto, sino para asegurarse de no ser una carga para el equipo con que se acompaña el escalador.