Alrededor de la arquitectura existen mitos sobre lo que realmente aporta a la construcción, de hecho, en muchas situaciones se habla del arquitecto como un gasto innecesario, desvirtuando los beneficios que implícitamente trae para las obras que diseña y pasan por sus manos. El arquitecto no sólo es responsable de la estética, sino del confort, manejo del espacio, comodidad y eficiencia de la obra.
Es decir, la arquitectura moderna debe responder a criterios como eco eficiencia, practicidad, adaptabilidad, rapidez en la construcción, menores costos de construcción y mantenimiento y mayor vida útil. En la actualidad, los retos son superiores pues las ciudades se enfrentan a un crecimiento acelerado propios de la modernidad, que requieren de propuestas creativas e iniciativas que mitiguen y hagan frente a la sobrepoblación, sin perder de vista el impacto al medio ambiente.
Pero, así como la realidad actual es muy distinta a la de décadas atrás, también son muy diferente los métodos, recursos y sistemas constructivos disponibles actualmente para lograr la sinergia arquitectónica. La arquitecta Xochilt Renderos, Jefe Comercial de Plycem Guatemala, afirma que todos los involucrados en la construcción son co-responsables de contribuir a las metas que se tienen en la arquitectura moderna, se refiere a la eco eficiencia, practicidad y adaptabilidad a las diferentes necesidades que desde la etapa de diseño se identifican.
“El futuro está migrando a sistemas arquitectónicos livianos, que logren una construcción rápida que genere ahorros considerables en los tiempos de edificación, con el menor impacto en el ambiente, pero también que contribuyan a la seguridad de las personas que se relacionan con las edificaciones y que son expuestas a diferentes situaciones fuera de su control como los desastres naturales”, explica Renderos.
La prevención ante esos fenómenos es determinante y es aquí donde nuevamente la arquitectura puede contribuir para alcanzar ese objetivo tomando como referencia las buenas prácticas de países arquitectónicamente muy avanzados como Nueva Zelanda, Japón y Estados Unidos.
La respuesta para todos estos retos no es posible para el arquitecto, sino cuenta con tecnologías y materiales que faciliten su trabajo. Es aquí donde el fibrocemento fabricado por la compañía Plycem se convierte en el aliado natural pues es usado en la edificación de sistemas livianos, conocidos como la construcción del futuro.
El fibrocemento es tan resistente como el cemento, pero tan modular, versatilidad y trabajable como la madera, la combinación perfecta para aportar al diseño arquitectónico vanguardista y moderno.
Es decir, la arquitectura moderna debe responder a criterios como eco eficiencia, practicidad, adaptabilidad, rapidez en la construcción, menores costos de construcción y mantenimiento y mayor vida útil. En la actualidad, los retos son superiores pues las ciudades se enfrentan a un crecimiento acelerado propios de la modernidad, que requieren de propuestas creativas e iniciativas que mitiguen y hagan frente a la sobrepoblación, sin perder de vista el impacto al medio ambiente.
Pero, así como la realidad actual es muy distinta a la de décadas atrás, también son muy diferente los métodos, recursos y sistemas constructivos disponibles actualmente para lograr la sinergia arquitectónica. La arquitecta Xochilt Renderos, Jefe Comercial de Plycem Guatemala, afirma que todos los involucrados en la construcción son co-responsables de contribuir a las metas que se tienen en la arquitectura moderna, se refiere a la eco eficiencia, practicidad y adaptabilidad a las diferentes necesidades que desde la etapa de diseño se identifican.
“El futuro está migrando a sistemas arquitectónicos livianos, que logren una construcción rápida que genere ahorros considerables en los tiempos de edificación, con el menor impacto en el ambiente, pero también que contribuyan a la seguridad de las personas que se relacionan con las edificaciones y que son expuestas a diferentes situaciones fuera de su control como los desastres naturales”, explica Renderos.
La prevención ante esos fenómenos es determinante y es aquí donde nuevamente la arquitectura puede contribuir para alcanzar ese objetivo tomando como referencia las buenas prácticas de países arquitectónicamente muy avanzados como Nueva Zelanda, Japón y Estados Unidos.
La respuesta para todos estos retos no es posible para el arquitecto, sino cuenta con tecnologías y materiales que faciliten su trabajo. Es aquí donde el fibrocemento fabricado por la compañía Plycem se convierte en el aliado natural pues es usado en la edificación de sistemas livianos, conocidos como la construcción del futuro.
El fibrocemento es tan resistente como el cemento, pero tan modular, versatilidad y trabajable como la madera, la combinación perfecta para aportar al diseño arquitectónico vanguardista y moderno.