Cuando uno intenta dejar el hábito del cigarrillo, el cual nace de una adicción a la nicotina, puede parecer raro buscar ayuda en la misma nicotina; no obstante, los productos de reemplazo de la nicotina son ayudas seguras y eficaces para las personas que intentan dejar de fumar y, sobre todo, sirven como puente hacia una vida sin tabaco cuando se las suele combinar con otras técnicas para dejar de fumar.
La nicotina de los cigarrillos es sumamente adictiva; sin embargo, pese a ser la sustancia que engancha a las personas en el hábito de fumar y las mantiene fumando, la nicotina no es el componente del cigarrillo que pone en peligro la salud. El peligro real es el tabaco.
El tabaco y el humo del tabaco contienen sustancias químicas que causan cáncer de pulmón, así como cáncer de la boca, de la garganta, del esófago y de la laringe. Consumir tabaco puede también conducir a otros problemas graves de salud, como enfisema y bronquitis crónica. El 66 por ciento de los consumidores de tabaco termina falleciendo por alguna enfermedad relacionada con el tabaco. Por lo tanto, cuanto antes deje su cuerpo de consumir tabaco, mejor le irá.
Los productos de reemplazo de la nicotina suministran esa sustancia pero no tabaco, lo que ayuda a aliviar los síntomas de abstinencia y las ansias que surgen cuando uno intenta dejar de fumar cigarrillos sin reemplazar la nicotina. Para muchos, pasar del tabaco a los reemplazos de la nicotina es un paso fundamental e importante para alcanzar un estilo de vida sin tabaco.
Los reemplazos de la nicotina no refuerzan el hábito del cigarrillo de la misma manera en que lo hace el tabaco. Uno no recibe tanta nicotina con los reemplazos de nicotina como con los productos del tabaco, y los reemplazos de la nicotina reducen bastante la probabilidad de no volver a consumir tabaco. La probabilidad de liberarse del tabaco es menor cuando no se consumen los reemplazos de la nicotina.
Existe una gama de productos de reemplazo de la nicotina que son de venta libre. En la mayoría de farmacias y boticas se puede adquirir goma de mascar, parches y caramelos con nicotina. El espray nasal y los inhaladores con nicotina se venden solamente bajo prescripción médica.
A pesar de que los reemplazos de la nicotina sean útiles para dejar de fumar, todavía es difícil romper con el hábito de fumar, especialmente cuando se lo intenta sin ayuda. Lo mejor para dejar de fumar es buscar la ayuda de un médico o de un consejero capacitado como especialista en el tratamiento del tabaco. Esas personas pueden ayudarlo a decidir en general sobre el mejor método para usted.
Por ejemplo, puede ser útil administrar otros medicamentos de venta bajo receta médica junto con los reemplazos de la nicotina: el bupropión puede ayudar a controlar las ansias por la nicotina; la vareniclina puede reducir los efectos agradables de fumar y disminuir los síntomas de abstinencia de la nicotina.
La mayoría de proveedores de atención médica también recomienda la terapia conductual, además de los medicamentos. La terapia conductual generalmente implica reemplazar conductas antiguas por nuevas rutinas no relacionadas con el hábito de fumar.
Por ejemplo, evite los lugares donde usted normalmente fuma y, en su lugar, vaya a sitios donde no se permite fumar; procure pasar tiempo con gente que no fuma o que también desea dejar de fumar; deshágase de los cigarrillos para que fumar se convierta en un inconveniente para usted; mastique chicle mientras conduce o tome nuevas rutas para llegar a sus destinos habituales a fin de mantenerse enfocado en el entorno, sin pensar en fumar; y, por último, si usted suele fumar un cigarrillo con una taza de café o una copa de alcohol, reemplácelos por agua, soda o té.
Los reemplazos de la nicotina pueden ser un paso vital en el camino hacia una vida sin tabaco, pero a fin de darse la mejor oportunidad de dejar el tabaco para siempre, busque la ayuda de un profesional médico que sepa sobre el tratamiento para el tabaco. El esfuerzo valdrá mucho la pena porque los beneficios para la salud de dejar de fumar son enormes y empiezan a acumularse casi inmediatamente después de dejar el hábito.
La nicotina de los cigarrillos es sumamente adictiva; sin embargo, pese a ser la sustancia que engancha a las personas en el hábito de fumar y las mantiene fumando, la nicotina no es el componente del cigarrillo que pone en peligro la salud. El peligro real es el tabaco.
El tabaco y el humo del tabaco contienen sustancias químicas que causan cáncer de pulmón, así como cáncer de la boca, de la garganta, del esófago y de la laringe. Consumir tabaco puede también conducir a otros problemas graves de salud, como enfisema y bronquitis crónica. El 66 por ciento de los consumidores de tabaco termina falleciendo por alguna enfermedad relacionada con el tabaco. Por lo tanto, cuanto antes deje su cuerpo de consumir tabaco, mejor le irá.
Los productos de reemplazo de la nicotina suministran esa sustancia pero no tabaco, lo que ayuda a aliviar los síntomas de abstinencia y las ansias que surgen cuando uno intenta dejar de fumar cigarrillos sin reemplazar la nicotina. Para muchos, pasar del tabaco a los reemplazos de la nicotina es un paso fundamental e importante para alcanzar un estilo de vida sin tabaco.
Los reemplazos de la nicotina no refuerzan el hábito del cigarrillo de la misma manera en que lo hace el tabaco. Uno no recibe tanta nicotina con los reemplazos de nicotina como con los productos del tabaco, y los reemplazos de la nicotina reducen bastante la probabilidad de no volver a consumir tabaco. La probabilidad de liberarse del tabaco es menor cuando no se consumen los reemplazos de la nicotina.
Existe una gama de productos de reemplazo de la nicotina que son de venta libre. En la mayoría de farmacias y boticas se puede adquirir goma de mascar, parches y caramelos con nicotina. El espray nasal y los inhaladores con nicotina se venden solamente bajo prescripción médica.
A pesar de que los reemplazos de la nicotina sean útiles para dejar de fumar, todavía es difícil romper con el hábito de fumar, especialmente cuando se lo intenta sin ayuda. Lo mejor para dejar de fumar es buscar la ayuda de un médico o de un consejero capacitado como especialista en el tratamiento del tabaco. Esas personas pueden ayudarlo a decidir en general sobre el mejor método para usted.
Por ejemplo, puede ser útil administrar otros medicamentos de venta bajo receta médica junto con los reemplazos de la nicotina: el bupropión puede ayudar a controlar las ansias por la nicotina; la vareniclina puede reducir los efectos agradables de fumar y disminuir los síntomas de abstinencia de la nicotina.
La mayoría de proveedores de atención médica también recomienda la terapia conductual, además de los medicamentos. La terapia conductual generalmente implica reemplazar conductas antiguas por nuevas rutinas no relacionadas con el hábito de fumar.
Por ejemplo, evite los lugares donde usted normalmente fuma y, en su lugar, vaya a sitios donde no se permite fumar; procure pasar tiempo con gente que no fuma o que también desea dejar de fumar; deshágase de los cigarrillos para que fumar se convierta en un inconveniente para usted; mastique chicle mientras conduce o tome nuevas rutas para llegar a sus destinos habituales a fin de mantenerse enfocado en el entorno, sin pensar en fumar; y, por último, si usted suele fumar un cigarrillo con una taza de café o una copa de alcohol, reemplácelos por agua, soda o té.
Los reemplazos de la nicotina pueden ser un paso vital en el camino hacia una vida sin tabaco, pero a fin de darse la mejor oportunidad de dejar el tabaco para siempre, busque la ayuda de un profesional médico que sepa sobre el tratamiento para el tabaco. El esfuerzo valdrá mucho la pena porque los beneficios para la salud de dejar de fumar son enormes y empiezan a acumularse casi inmediatamente después de dejar el hábito.