En el inicio de la temporada oficial de huracanes y los factores sismológicos de riesgo recientes, el SAR de la aviación civil guatemalteca ha presentado el día de hoy su plan de asistencia humanitaria aérea invierno 2017, resaltando sus capacidades de respuesta temprana ante necesidades de atención a poblaciones que estén encarando dificultades por desastres naturales.
Se trata de la creación de puentes aéreos que favorezcan la dotación de asistencia, principalmente alimentaria, ante la imposibilidad temporal de recibir la misma por tierra sea esto por bloqueos de carreteras, pérdida total o parcial de vías de conexión terrestre, puentes o pasos públicos, por inundaciones, derrumbes o cualquier clase de calamidad que dificulte o haga imposible en las primeras horas de un desastre, atender humanitariamente a población afectada, en el interior del país.
Fernando Castillo, Directivo de la Unidad SAR otorgó los detalles de las capacidades que han sido declaradas en alerta. Se trata, según expuso, de 724 mil libras de alimentos que podrían llegar a trasladarse de forma aérea, por medio de 750 viajes, donde además puede combinarse la asistencia médica y sanitaria.
Existe además en disposición dentro de este plan aéreo, cerca de 90 aeronaves entre las categorías de ala fija (aviones) y rotativa (helicópteros), siendo los primeros muy prácticos para abastecimiento a centros logísticos de distribución a poblaciones donde los segundos tienen mayor capacidad de aterrizaje en zonas agrestes.
Explicó que de activarse el plan de asistencia humanitaria al momento de un desastre natural, se cuentan con 5 mil galones de combustible así como la conducción en manos de 110 pilotos, resaltando que el programa se basa en la voluntariedad de los miembros de la aviación civil, que responden al llamado de emergencia aportando su tiempo, aeronaves y lo más valioso, el compromiso de llevar adelante la asistencia humanitaria.
Los programas de asistencia humanitaria para esta unidad se remontan inclusive al terremoto de 1974, a tormentas como Mitch y Stan, donde por más de 2,200 viajes se han llegado a trasladar 2.2 millones de libras de alimentos por medio de puentes aéreos.
Finalmente Castillo hizo un llamado a la población que pudiera tener interés en un eventual voluntariado en tierra, principalmente para la recepción y empaque de la ayuda humanitaria para permanecer atenta a un llamado desde los medios de comunicación, mientras que a aquellos que pudieran aportar asistencia alimentaria, pensar en que los productos enlatados (frijoles por ejemplo) son valiosos junto al azúcar, agua y cualquier otro producto enlatado que favorezca la cobertura alimentaria en las primeras horas de un desastre.
Se trata de la creación de puentes aéreos que favorezcan la dotación de asistencia, principalmente alimentaria, ante la imposibilidad temporal de recibir la misma por tierra sea esto por bloqueos de carreteras, pérdida total o parcial de vías de conexión terrestre, puentes o pasos públicos, por inundaciones, derrumbes o cualquier clase de calamidad que dificulte o haga imposible en las primeras horas de un desastre, atender humanitariamente a población afectada, en el interior del país.
Fernando Castillo, Directivo de la Unidad SAR otorgó los detalles de las capacidades que han sido declaradas en alerta. Se trata, según expuso, de 724 mil libras de alimentos que podrían llegar a trasladarse de forma aérea, por medio de 750 viajes, donde además puede combinarse la asistencia médica y sanitaria.
Existe además en disposición dentro de este plan aéreo, cerca de 90 aeronaves entre las categorías de ala fija (aviones) y rotativa (helicópteros), siendo los primeros muy prácticos para abastecimiento a centros logísticos de distribución a poblaciones donde los segundos tienen mayor capacidad de aterrizaje en zonas agrestes.
Explicó que de activarse el plan de asistencia humanitaria al momento de un desastre natural, se cuentan con 5 mil galones de combustible así como la conducción en manos de 110 pilotos, resaltando que el programa se basa en la voluntariedad de los miembros de la aviación civil, que responden al llamado de emergencia aportando su tiempo, aeronaves y lo más valioso, el compromiso de llevar adelante la asistencia humanitaria.
Los programas de asistencia humanitaria para esta unidad se remontan inclusive al terremoto de 1974, a tormentas como Mitch y Stan, donde por más de 2,200 viajes se han llegado a trasladar 2.2 millones de libras de alimentos por medio de puentes aéreos.
Finalmente Castillo hizo un llamado a la población que pudiera tener interés en un eventual voluntariado en tierra, principalmente para la recepción y empaque de la ayuda humanitaria para permanecer atenta a un llamado desde los medios de comunicación, mientras que a aquellos que pudieran aportar asistencia alimentaria, pensar en que los productos enlatados (frijoles por ejemplo) son valiosos junto al azúcar, agua y cualquier otro producto enlatado que favorezca la cobertura alimentaria en las primeras horas de un desastre.