Morat presentan su nuevo disco, “Balas Perdidas”, un trabajo cristalino que viene gestándose tiempo atrás, tiempo que le ha servido para alcanzar una dimensión completa fruto de la clara evolución del sonido de la banda, de su composición, producción e interpretación, y que les ha llevado a convertirse, en poco tiempo, en una de las bandas pop más grandes de España y América Latina.
‘Balas Perdidas’ contiene 12 canciones, cuatro de las cuales son ya grandes conocidos, “Besos en Guerra” junto a Juanes, canción que certificó el Doble Disco de Platino en España, ‘’Punto y Aparte”, “Cuando nadie ve” Disco de Platino en España, y el recién publicado “El Embrujo” junto a Antonio Carmona y Josemi Carmona, homenaje a nuestro país.
Como estreno del lanzamiento de su nueva entrega, Morat nos muestran ‘Yo no merezco volver’ como la canción más triste que han escrito, una tema que trata de hacer aún más intenso el castigo del desamor.
"Imaginen un terreno baldío en el que se va caminando, sin rumbo. No hay mucho que ver. No hay árboles, ni ríos, ni estrellas, ni sol, ni luna. Un paso tras otro se avanza, aunque no se sabe muy bien a dónde va. De repente, tan rápido como un rayo, se siente un cambio abrupto en el cuerpo. El golpe entra por el costado izquierdo, debajo del brazo y sobre la línea de las costillas. No duele pero incomoda. No se ve a nadie a quien culpar. Cosquillean las puntas de los dedos y se dan cuenta de que fueron heridos. Desde algún lugar insospechado los ha impactado una bala perdida. Su instinto les confirma que han terminado en el lugar preciso para que sólo por suerte o destino esa bala haya llegado a su cuerpo. Nadie puede escapar de una bala perdida, pues nadie puede huir de lo que no espera. Y como las balas perdidas, que van y vienen sin avisar, las canciones funcionan de la misma manera.
Escribir una canción es ser el tirador. Y así como hay tiradores que pierden sus balas hay compositores que extravían sus canciones. Hay canciones que se escriben para una persona y llegan a alguien más, o canciones que se escriben sin alguien en mente y terminan golpeando a una víctima insospechada. Algunas veces se dispara y se golpea a la persona equivocada, otras tantas uno recibe un disparo sin saber de dónde viene. A pesar del daño colateral, en el azar de disparar y recibir disparos, sólo esperamos que esto nunca se detenga. Que, con todo y las heridas, sigamos recibiendo estos disparos que nos sacuden el corazón y nos recuerdan que ahí sigue, palpitando, jugando ser un blanco.
Acá les dejamos doce balas perdidas con la esperanza de que, de una u otra forma, los alcance alguna, como varias nos han alcanzado ya a nosotros”.
‘Balas Perdidas’ contiene 12 canciones, cuatro de las cuales son ya grandes conocidos, “Besos en Guerra” junto a Juanes, canción que certificó el Doble Disco de Platino en España, ‘’Punto y Aparte”, “Cuando nadie ve” Disco de Platino en España, y el recién publicado “El Embrujo” junto a Antonio Carmona y Josemi Carmona, homenaje a nuestro país.
Como estreno del lanzamiento de su nueva entrega, Morat nos muestran ‘Yo no merezco volver’ como la canción más triste que han escrito, una tema que trata de hacer aún más intenso el castigo del desamor.
Morat nos explican el concepto de “Balas Perdidas”:
"Imaginen un terreno baldío en el que se va caminando, sin rumbo. No hay mucho que ver. No hay árboles, ni ríos, ni estrellas, ni sol, ni luna. Un paso tras otro se avanza, aunque no se sabe muy bien a dónde va. De repente, tan rápido como un rayo, se siente un cambio abrupto en el cuerpo. El golpe entra por el costado izquierdo, debajo del brazo y sobre la línea de las costillas. No duele pero incomoda. No se ve a nadie a quien culpar. Cosquillean las puntas de los dedos y se dan cuenta de que fueron heridos. Desde algún lugar insospechado los ha impactado una bala perdida. Su instinto les confirma que han terminado en el lugar preciso para que sólo por suerte o destino esa bala haya llegado a su cuerpo. Nadie puede escapar de una bala perdida, pues nadie puede huir de lo que no espera. Y como las balas perdidas, que van y vienen sin avisar, las canciones funcionan de la misma manera.
Escribir una canción es ser el tirador. Y así como hay tiradores que pierden sus balas hay compositores que extravían sus canciones. Hay canciones que se escriben para una persona y llegan a alguien más, o canciones que se escriben sin alguien en mente y terminan golpeando a una víctima insospechada. Algunas veces se dispara y se golpea a la persona equivocada, otras tantas uno recibe un disparo sin saber de dónde viene. A pesar del daño colateral, en el azar de disparar y recibir disparos, sólo esperamos que esto nunca se detenga. Que, con todo y las heridas, sigamos recibiendo estos disparos que nos sacuden el corazón y nos recuerdan que ahí sigue, palpitando, jugando ser un blanco.
Acá les dejamos doce balas perdidas con la esperanza de que, de una u otra forma, los alcance alguna, como varias nos han alcanzado ya a nosotros”.