Para
aquellas empresas que se encuentren en las fases intermedias de un ciclo de
renovación de computadoras de escritorio/portátiles, Windows 11 representa una
oportunidad para evaluar si necesitan “tirar y reemplazar” o actualizar sus
equipos existentes. Kingston Technology Company,
Inc.,
el fabricante independiente de productos de memoria líder en el mundo, ofrece
una guía con las principales consideraciones y puntos a estudiar para saber si
es posible prolongar los ciclos de vida de los dispositivos, mejorar el
rendimiento, reforzar la seguridad y ofrecer una mejor experiencia de usuario,
actualizando la memoria y los SSD a una fracción del precio de adquirir
dispositivos nuevos.
Procesador
En primer lugar, hay
que verificar los requisitos del sistema necesarios para actualizar. Como
ocurre con cualquier requerimiento de especificaciones mínimas, es conveniente
superarlas para conseguir una experiencia de usuario satisfactoria.
Windows 11, necesitará
un procesador de
1GHz o más rápido con 2 o más núcleos y tiene que ser un procesador de 64 bits.
Memoria RAM
Un importante elemento
a considerar son los requisitos de memoria RAM que se necesitan como mínimo
para el Sistema Operativo Windows 11, un
equipo que utilice este nuevo SO con 4GB de memoria RAM puede ser suficiente,
pero en cuanto se requiera ir un poco más allá nos daremos cuenta de que nos
falta Memoria RAM y de que el equipo no da el rendimiento suficiente; por lo
que para poder disfrutar de una buena experiencia con Windows
11 recomendamos al menos tener 8GB de memoria RAM asignados para dicho
sistema operativo.
Otro factor fundamental
son los cambios generalizados en las tecnologías de memoria. Si observamos la
reciente transición de los chips DRAM de 8Gbits a 16Gbits compatibles con los
procesadores más recientes de Intel de 8ª generación y superiores, quizá
encontremos una respuesta definitiva al interrogante de si los dispositivos son
o no adecuados para una actualización a Windows 11. Si lo son, se trata de una
excelente oportunidad para sacarles el máximo partido mediante una
actualización de la memoria RAM, y una manera económica de modernizar los
equipos con Windows 11.
TPM 2.0
Trusted Platform Module
(TPM, o Módulo de plataforma segura) era quizá un término desconocido antes del
anuncio de Windows 11. No obstante, es requisito para utilizar Windows 11.
El propio TPM es un
criptoprocesador que protege al ordenador a nivel de hardware, impidiendo
ataques mediante el empleo de una clave criptográfica integrada. Funciona
coordinadamente con otros sistemas y aplicaciones de su PC. Al estar basado en
hardware, se los considera más seguro que utilizar solamente cifrado de
software.
Esto implica que
quienes no dispongan de TPM 2.0 no podrán actualizar a Windows 11, salvo que
(en el caso de los equipos de escritorio) compren e instalen un módulo TPM 2.0.
Para saber si su(s)
dispositivo(s) tienen o no TPM 2.0, busque “Seguridad de Windows” en el menú
Inicio y, a continuación, seleccione sucesivamente “Seguridad del dispositivo”
y “Detalles del procesador de seguridad”. Asegúrese de comprobar que la
“Versión de especificación” sea 2.0, ya que las versiones anteriores no serán
compatibles.
Unidades de Estado Sólido
Las Unidades de Estado
Sólido (SSD) han despertado gran atención de todos los gamers, entusiastas de
PC´s, desarrolladores creativos, así como de todos aquellos usuarios que
requieren un alto desempeño en sus equipos. En consecuencia, donde se vaya a
instalar Windows 11 se necesitará como mínimo 64GB de espacio libre en el SSD y
considerar que tu sistema y/o equipo debe de contar con un puerto SATA III o
M.2 MVMe nativo. Tomando en cuenta que
muy probablemente el SO Windows 11 supere los 64GB mínimos requeridos, es
fundamental asegurarse de contar con una capacidad de almacenamiento necesaria
y de elegir una opción que sea superior a los requisitos mínimos del sistema
para poder almacenar todos los datos, software, aplicaciones, así como toda la
información requerida para cada usuario en específico.
Sin embargo, es posible
que la adopción generalizada de Unidades de Estado Sólido basadas en NVMe sea
el catalizador para que las aplicaciones utilicen las velocidades que NVMe
posibilita. En consecuencia, en combinación con la evolución de las
actualizaciones de memoria RAM, el aumento de la velocidad y la capacidad del
almacenamiento de los dispositivos, considerar estas recomendaciones es una
excelente opción de mejorar el rendimiento de los equipos actuales de una
manera accesible, sin tener que invertir en nuevos.
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