Las viviendas cooperativas sostenibles son una opción habitacional cada vez más popular en el mundo, y ahora llegan al país con el proyecto RIOVI, creado por el guatemalteco Leandro Porras. Este proyecto busca la creación de una comunidad de casas sostenibles, donde se preocupan por el mantenimiento y cuidado del agua, así como el cuidado del medio ambiente y los alimentos provenientes de su propio huerto, siendo todo orgánico y una excelente alternativa para personas que buscan una vida más sostenible.
La tendencia de estas viviendas va en aumento a nivel mundial. En la actualidad, se estima que hay más de un millón de viviendas cooperativas sostenibles en el mundo, con una gran presencia en países europeos. Por ejemplo, en Dinamarca, el 20% de la población habita en viviendas cooperativas, mientras que en Suecia, el 8% de las personas han optado por este estilo de vida.
El fundador Leandro Porras dijo que el proyecto RIOVI se identifica como “un río vivo, ya que el agua de un río no es la misma y RIOVI se alimenta de las personas y su evolución. En Guatemala, aún no hay muchos espacios que proporcionen un ambiente que fomente la participación y la colaboración entre los miembros de una comunidad, por lo que la comunidad no cuenta con reglas prestablecidas, sino que busca que cada persona que llegue al lugar proponga formas nuevas y sostenibles para vivir.”
Transformando el estilo de vivienda en Guatemala
RIOVI actualmente cuenta con tres casas construidas, siguiendo un plan maestro para continuar expandiendo el recinto de manera responsable. Estas viviendas incorporan materiales y tecnologías de construcción sostenible, así como sistemas de captación de agua de lluvia y tratamiento de aguas residuales in situ, reduciendo así la dependencia de recursos no renovables. Además, se han establecido huertos orgánicos basados en principios de permacultura, una práctica que promueve el diseño ecológico y la utilización de recursos naturales de manera sostenible. Gracias a la permacultura, los huertos proporcionan alimentos saludables y nutritivos, así como fomentan la armonía con el entorno natural.
Es importante trabajar con organizaciones de cooperativas de vivienda que tengan experiencia en el diseño y construcción de viviendas sostenibles y que trabajen en modelos como RIOVI, donde no hay muchos precedentes en el país pero sí recursos y personas dispuestas a mejorar su calidad de vida.
De acuerdo con una investigación de la Organización de las Naciones Unidas, los edificios representan el 40% del consumo energético global, y el 28% de las emisiones de gases de efecto invernadero.
Porras agregó “en un país tan vulnerable al cambio climático, es fundamental fomentar el desarrollo de proyectos de viviendas sostenibles que permitan, ser parte del cambio para un futuro sostenible mientras se mejora la calidad de vida de sus habitantes al reducir el estrés y mejorar la salud física y mental.”
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