Hoy se fija un precedente de sentencia condenatoria de un caso de violencia contra la intimidad en Guatemala, en el que se manifiesta que todo aquello que se comparte o reproduce en las redes sociales con la intencionalidad de perjudicar y dañar la reputación de una persona, tiene consecuencias legales graves.
En 2018, la reconocida chef guatemalteca Mirciny Moliviatis, fue víctima de una invasión cibernética de su intimidad. Una mujer que buscaba dañar su reputación y agredirla emocionalmente, publicó una fotografía íntima en redes sociales a través de su dispositivo celular. Luego de dar seguimiento legal al caso y presentar las pruebas correspondientes, la jueza Ruth Noemí Vásquez, del Juzgado Primero Pluripersonal de Paz de Guatemala dictaminó hoy sentencia, en la condenó a la agresora a 2 años de prisión conmutable a razón de Q5 diarios, al haberse comprobado, a través de peritajes tecnológicos, su implicación en el delito de violencia contra la intimidad.
Hemos sido testigo de muchas historias de personas que han sido víctimas de violencia contra la intimidad y que han llegado al extremo de quitarse la vida por el daño, la vergüenza y el acoso que han recibido por este tipo de abusos cibernéticos hacia su integridad.
La Jueza a cargo, ha basado su sentencia en hechos y peritajes que demuestran científicamente que el uso de cualquier dispositivo deja rastro de todo lo que se publica o comparte, aunque después se eliminen. Existe una huella digital que queda grabada de manera permanente en los dispositivos y este caso es una clara advertencia de que toda acción tiene consecuencias.
Después de más de 5 años de proceso, hoy queda marcado un precedente sobre la gravedad del tema, donde se dimensiona la responsabilidad que existe detrás de un dispositivo, que burlarse de otros violando su intimidad, es un delito al que se imponen condenas importantes.
“Este caso sienta un precedente en Guatemala. Estos actos no quedarán más impunes, pues todo queda grabado en los dispositivos y la justicia va a condenar quienes estén involucrados. Mantengamos nuestros valores y respeto hacia los demás para que podamos evitar que otras personas pasen por este doloroso proceso, en el que puede perderse hasta la vida”, comenta Mirciny Moliviatis.
Con esto se sienta el precedente de que, si se difunde o comparte cualquier tipo de información sin consentimiento, pueden incurrir en un delito con responsabilidad penal.
Juntos podemos marcar la diferencia y construir una sociedad más segura y respetuosa para todos.
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