Para la Organización de las Naciones Unidas (ONU), así como para otros organismos de la misma relevancia, el plástico de un solo uso es una verdadera epidemia. De hecho, los últimos pasos en este sentido llevaron en el 2023 a la firma de un acuerdo alcanzado por 175 países, y jurídicamente vinculante, para acabar con este tipo de contaminación en el menor tiempo posible.
El problema es más que evidente: La producción de plástico pasó de dos millones de toneladas en 1950 a 348 millones en 2017, aseguran desde la ONU. Para el año 2040, fecha que no se encuentra tan lejana, la previsión es que esta cifra sea el doble. Los datos son demoledores y revelan que en promedio 12 millones de toneladas de plástico llegan al mar cada año y que más de 800 especies marinas y costeras se ven afectadas por el plástico desechable. Adicional, los químicos que emana el plástico desechable en donde se empacan y/o conservan los alimentos podrían ser un riesgo real para la salud hormonal del ser humano.
El problema debe abordarse de raíz y detener el consumo indiscriminado de este material de un solo uso.
En verano, también apuesta por envases sostenibles.
Cualquier momento del año es perfecta para comenzar hábitos de consumo mucho más sostenibles, aunque el verano podría ser una temporada perfecta para iniciar cambios. Esta es la época por excelencia de las comidas para llevar (a la piscina, playa, al río, a la montaña, las procesiones, etc…) y eventos fuera de casa. Es por ello que es un buen momento para darnos cuenta de que en el mercado ya existen alternativas para sustituir el uso y consumo del plástico desechable.
Asimismo, ante la llegada del verano y las altas temperaturas es clave tomar agua pura, mantenerse hidratado y tratar de no exponerse a los rayos del sol. Pero el hecho de hidratarse en días de tanto calor puede resultar un problema ambiental y de salud si lo hacemos de una botella de plástico.
Hay estudios que afirman que la presencia de micro y nano plásticos en botellas de “agua pura” es más grande de lo que se suponía. 1 Según el reporte técnico “Químicos en el plástico” del programa de medio ambiente de Naciones unidas, se han identificado más de 13,000 substancias asociadas a la producción de plásticos, divididas en 10 grupos, muchas de estas substancias de preocupación muy especial por sus posibles efectos en la salud y ecosistema, efectos a los que son especialmente sensibles mujeres y niños.
Al respecto Sergio Izquierdo conservacionista, fotógrafo, cineasta y director de Rescue the Planet comenta que: “Esta es una bomba de tiempo de implicaciones y alcance hasta el momento insospechadas y sobretodo “minimizadas” por una industria que prefiere omitir los datos y continuar generando ganancias sin importar el costo para el ambiente y la salud que este deletéreo material puede llegar a provocar”.
Asimismo, se puede mencionar una investigación llevada a cabo por la Universidad de Arizona en donde se analizó cómo el plástico expuesto al calor, producía la liberación de antimonio. Esta sustancia puede resultar tóxica en dosis elevadas. Cuanto más calor hace, más material del plástico se puede filtrar a la comida o al agua potable, explicó el doctor Rolf Halden, director del Centro para la Ingeniería de la Salud Medioambiental del Instituto de Biodiseño de la Universidad del Estado de Arizona, en Estados Unidos.
Conforme aumentan las temperaturas y el tiempo se extiende, los enlaces químicos del plástico se descomponen cada vez más y aumentan las probabilidades de que estas sustancias se filtren desde la botella hacia el agua. Pese a que las cantidades sean demasiado minúsculas como para provocar problemas de salud, los científicos analizan los efectos a largo plazo, ya que afirman que todas esas pequeñas dosis podrían acumularse y causar daños severos en el futuro.
Tres cambios sencillos para aplicar durante el verano.
Así que ante los inminentes riesgos que conlleva el plástico desechable para nuestra salud y para el ambiente, compartimos cuatro fáciles acciones, para iniciar cambios sostenibles en esta temporada de verano:
Utiliza bolsas reusables de papel o tela: Lleva tus bolsas reusables a todos lados y di: “Sin bolsa por favor”. Una persona promedio utiliza hasta 500 bolsas plásticas en 365 días y cada año se producen más de 13 billones.
Deja los recipientes y botellas plásticas: No los uses para guardar tus alimentos o bebidas porque pueden introducir químicos en tus alimentos e hidratación, especialmente cuando se encuentran a altas temperaturas: bajo el sol o al utilizar los recipientes en el microondas. Cámbialos por frascos, recipientes de vidrio o cerámica.
No utilices platos, cubiertos o vasos desechables: Pueden durar hasta mil años en descomponerse, lo mejor es que uses un juego de cucharas, cuchillos y tenedores de acero inoxidable. En la actualidad también hay versiones en bambú e incluso puedes encontrar pajillas de papel o comestibles.
Prefiere tus bebidas en envases retornables (mejor si de vidrio), le ahorras muchos desechos al planeta.
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