“Empecé a sentir que algo no andaba bien, me faltaba el aire, tenía palpitaciones en reposo, y un día, subiendo las gradas me desmayé”, compartió Laura Mora, una joven de 26 años, vecina de Zarcero, Alajuela, que fue diagnosticada con Hipertensión Pulmonar (HP) en el 2022.
“Yo hacía natación, estaba entrenando porque quería competir (…) un día me empecé a sentir ahogada, me costaba más caminar, pero no le presté atención. Luego empecé a sentir palpitaciones en reposo (…) me tomaba la presión y estaba normal. Era raro. Lo que sentía no era normal”, añadió Mora.
Después del desmayo la llevaron al hospital, pero en las placas no se sabía precisar la causa de sus síntomas. La familia de Laura la llevó a un especialista para una segunda opinión y ahí fue diagnosticada con hipertensión pulmonar.
Laura tuvo la suerte de un diagnóstico temprano, tras dos meses de síntomas, pero ella es la excepción a la regla porque para la gran mayoría es muy diferente.
Cuando se celebró en Ginebra la reunión de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre «hipertensión pulmonar primaria» en 1973, esta entidad se consideraba una enfermedad huérfana y, al no haber tratamientos médicos eficaces, su diagnóstico constituía una sentencia de muerte para la mayoría de los pacientes.
Actualmente se reconoce de manera general que la hipertensión pulmonar (HP) es un trastorno frecuente, que afecta a alrededor del 1% de la población mundial y hasta un 10% de los mayores de 65 años.
La doctora Adriana Valverde, neumóloga del Hospital Calderón Guardia de Costa Rica, aseguró que en promedio el diagnóstico puede durar casi 3 años.
“La hipertensión pulmonar es una enfermedad de difícil sospecha clínica. Pueden pasar en promedio 2,8 años para su diagnóstico”, afirmó.
Los síntomas de la HP son falta de aliento, fatiga y dolor de pecho, a menudo se confunden con signos de otras enfermedades menos graves, lo que puede conducir a tratamientos inapropiados y a un empeoramiento del estado de salud del paciente.
La detección temprana a través de métodos como el ecocardiograma, pruebas de función pulmonar y estudios de imagen pueden significar la diferencia entre la vida y la muerte.
La Hipertensión Pulmonar (HP) es una enfermedad grave que afecta a los vasos sanguíneos de los pulmones y al corazón, sigue siendo una condición mal comprendida y a menudo subdiagnosticada o diagnosticada tardíamente, a pesar de su creciente incidencia a nivel mundial.
“Lo que estamos trabajando con los médicos de atención primaria es que si hay un paciente con falta de aire que no está explicada, que está fuera de proporción o que no responde rápidamente al tratamiento, que se les prenda el bombillito, como nosotros decimos, y nos lo envíen inmediatamente a los servicios de Neumología”, agregó la especialista.
La HP es una condición que puede ser devastadora, no solo para quienes la padecen, sino también para sus familias y seres queridos. Cuando se diagnostica tarde, las opciones de tratamiento se limitan y las probabilidades de supervivencia se reducen parcialmente.
Por esta razón, es fundamental que tanto los profesionales de la salud como los pacientes estén alerta ante los síntomas iniciales y actúen rápidamente.
“Estamos comprometidos con la mejora de la salud pública. Por eso, instamos a la comunidad médica y al público en general al reconocer la importancia del diagnóstico precoz para combatir las tasas de mortalidad asociadas con esta enfermedad potencialmente mortal”, afirmó Carlo Chaverri, Hospital Franchise Senior Manager, de Ferrer.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar, la farmacéutica española Ferrer invita a la sensibilización sobre este padecimiento para educar a la población sobre los síntomas y recurrir por ayuda profesional lo más temprano posible.
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