La insuficiencia cardiaca es una afección en la cual el corazón ya no puede bombear sangre rica en oxígeno al resto del cuerpo de forma eficiente. Esto provoca que se presenten síntomas como tos, fatiga, debilidad, desmayos, pérdida de apetito, pulso irregular o rápido, sensación de percibir los latidos cardíacos (palpitaciones), hígado o abdomen inflamado (agrandado), hinchazón de pies y tobillos, o un aumento de peso en cuestión de días -5 libras o 2,3 kilogramos- entre otros.
La insuficiencia cardíaca casi siempre es una afección prolongada (crónica), pero se puede presentar repentinamente. Puede ser causada por muchos problemas diferentes del corazón y afectar el lado derecho o izquierdo de este órgano y, en algunos casos, ambos lados pueden estar comprometidos.
“Esta afección ocurre cuando el miocardio no puede contraerse muy bien, denominándose insuficiencia cardíaca sistólica o insuficiencia cardíaca con una fracción de eyección reducida (HFrEF, por sus siglas en inglés). Por otro lado, si el miocardio está rígido y no se llena de sangre fácilmente, aun cuando la potencia de bombeo es normal; la persona está padeciendo de una insuficiencia cardíaca diastólica o insuficiencia cardíaca con una eyección preservada (HFpEF, por sus siglas en inglés)”, explicó el gerente Médico de Asofarma, Alejandro Salvatierra.
A medida que el bombeo del corazón se vuelve menos eficaz, la sangre puede acumularse en otras zonas del cuerpo como los pulmones, hígado, tracto gastrointestinal, al igual que en brazos y piernas; al paciente que sufre de estos síntomas se le diagnostica con una insuficiencia cardíaca congestiva.
Aunque la palabra insuficiencia sugiere un proceso benigno, la insuficiencia cardiaca sin tratamiento, puede tener un pronóstico peor que muchos cánceres. Con tratamiento, el pronóstico difiere en gran medida de la causa que la motiva. Por esta razón, resulta tan importante el prevenir su aparición y realizar un seguimiento correcto de las indicaciones y controles.
El especialista médico asegura que la mayoría desconocen su condición porque no presentan síntomas, sino que la dificultad respiratoria y el cansancio se desarrollan gradualmente a lo largo de los días o incluso meses. “Algunas afecciones cardíacas progresivas dejan el corazón demasiado débil o rígido como para llenarse y bombear sangre de forma apropiada. Estas afecciones incluyen arterias estrechas en el corazón y presión arterial alta”.
La prevalencia de la insuficiencia cardiaca en la población adulta en Latinoamérica oscila entre 1% y 2%, y afecta al 10% de las personas entre los 75 y 80 años. Por otra parte, se estima que la insuficiencia cardiaca afecta a 26 millones de personas en el mundo. Esta afección podría ser cada vez más frecuente entre la población adulta, debido a la presencia de factores como obesidad, diabetes, tabaquismo y la hipertensión arterial que aumentan el riesgo de cardiopatía.
Las siguientes son algunas de las enfermedades y afecciones que aumentan el riesgo de insuficiencia cardíaca:
Enfermedad de las arterias coronarias. Las arterias estrechadas pueden limitar el suministro de sangre rica en oxígeno del corazón, lo que genera que el músculo cardíaco se debilite.
Ataque cardíaco. Un ataque cardíaco es una forma de enfermedad de las arterias coronarias que ocurre repentinamente. El daño al músculo cardíaco a causa de un ataque puede ocasionar que el corazón ya no pueda bombear de la forma correcta.
Presión arterial alta. El corazón se esfuerza más de lo que debería cuando la presión arterial es alta.
Latidos del corazón irregulares. Los latidos irregulares, en especial si son muy frecuentes y rápidos, pueden debilitar el músculo cardíaco y causar insuficiencia cardíaca.
Enfermedad cardíaca congénita. Algunas personas que desarrollan insuficiencia cardíaca nacieron con problemas que afectan la estructura o función del corazón.
Diabetes. Tener diabetes aumenta el riesgo de tener presión arterial alta y enfermedad de las arterias coronarias.
Apnea del sueño. Esta incapacidad para respirar adecuadamente durante el sueño ocasiona un nivel bajo de oxígeno en la sangre y un mayor riesgo de latidos cardíacos irregulares. Ambos problemas pueden debilitar el corazón.
Obesidad. Las personas que padecen obesidad tienen un mayor riesgo de presentar insuficiencia cardíaca.
Infecciones virales. Algunas infecciones virales pueden dañar el músculo cardíaco.
Envejecimiento. La capacidad de funcionamiento del corazón disminuye con la edad, incluso en las personas sanas.
Consumo de alcohol. Beber demasiado alcohol puede debilitar el músculo cardíaco y llevar a una insuficiencia cardíaca.
Fumar o consumir tabaco. Si fumas, deja de hacerlo. El uso de tabaco incrementa el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas e insuficiencia cardíaca.
La prevención es fundamental para evitar sufrir de insuficiencia cardíaca. Por eso es recomendable tratar y controlar las afecciones como la enfermedad de las arterias coronarias, la presión arterial alta, la diabetes y la obesidad; para poder evitarla. Hacer regularmente actividad física, consumir alimentos bajos en sal y controlar el estrés, ayudan a prevenir esta enfermedad.
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