En el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), GREPALMA y sus asociados reafirman su compromiso con la producción responsable y sostenible de aceite de palma en Guatemala. “Nuestra responsabilidad social empresarial se enfoca en la preservación de los recursos naturales, cumpliendo con la legislación ambiental nacional vigente y estándares internacionales de sostenibilidad”, indicó Marjorie Bosque, directora ejecutiva de GREPALMA.
La agroindustria de aceite de palma de Guatemala ha implementado a través del tiempo prácticas sostenibles en la producción de aceite de palma, demostrando un firme compromiso con el medio ambiente, operando bajo principios de Economía Circular. Este esfuerzo ha permitido la reincorporación de más de 122,300 toneladas métricas de compost a plantaciones, reduciendo el uso de fertilizantes químicos en alrededor de 11,000 toneladas métricas al año.
La capacidad instalada para la producción de biogás ha superado los 9.9 millones de kilovatios anuales, utilizados para las operaciones internas de las empresas; en la actualidad una empresa del sector integra esta energía al sistema nacional de electrificación. Además, el 100% de las aguas residuales tratadas se destinan al manejo nutricional de las plantaciones de palma, con un 60% utilizado en la elaboración de compost y un 40% en fertirriego.
En términos de certificación, las empresas socias de GREPALMA han adoptado voluntariamente estándares internacionales de sostenibilidad, incluyendo RSPO, ISCC, SMETA, ISO 14001:2015, ISO 37001, FSCC 22000 y KOSHER, entre otros. Estas certificaciones reflejan el compromiso del sector con la producción ética y sostenible.
Desde 2018, GREPALMA ha implementado una Política Ambiental y de Cambio Climático que guía la gestión ambiental y la adaptación al cambio climático en toda la cadena de producción. En 2019, GREPALMA y sus socios firmaron la Declaración Pública de Compromiso Voluntario de Cero Deforestación, comprometiéndose a no deforestar bosques naturales para el cultivo de palma y a asegurar una producción libre de deforestación.
El gremio también ha avanzado en el monitoreo satelital permanente de las plantaciones, asegurando una cadena de suministro libre de deforestación. Los estudios realizados por Satelligence y el Sistema Nacional de Monitoreo para el Desarrollo Sostenible han demostrado que más del 90% de las plantaciones se encuentran en tierras con bajos niveles de carbono y no están relacionadas con la deforestación.
En colaboración con el Centro de Estudios Ambientales y Biodiversidad de la Universidad del Valle de Guatemala (CEAB-UVG), GREPALMA ha evaluado la biodiversidad en las plantaciones, documentando una rica variedad de especies que contribuyen a la provisión de servicios ecosistémicos vitales.
“Nuestras iniciativas y acciones están firmemente encaminadas hacia el desarrollo integral de las regiones de Guatemala, donde la palma de aceite está presente, promoviendo la sostenibilidad en la palmicultura y la conservación del medio ambiente”, comentó Marjorie Bosque.
LOGROS DE SOSTENIBILIDAD:
En 2022, Guatemala comercializó el 60% de su aceite de palma certificado como sostenible, avalado por la Mesa Redonda de Aceite de Palma Sostenible (RSPO) y la Certificación Internacional de Sostenibilidad y Carbono (ISCC). Guatemala continúa siendo líder en Latinoamérica en términos de volumen de aceite de palma certificado como sostenible en 2023, seguido por Colombia y Costa Rica.
Acerca de la palma de aceite en Guatemala:
La producción de aceite de palma en Guatemala representa el 1.6% del PIB y genera 30,103 empleos directos y 150,600 indirectos. Los productores guatemaltecos trabajan bajo estándares internacionales y diversos requisitos en las áreas social, económica y ambiental.
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