En 2017 Bluestone Resources llegó a Guatemala y adquirió el proyecto minero de oro Cerro Blanco, que había sido administrado durante 15 años por la empresa local Entre Mares de Guatemala S.A. Desde entonces, Bluestone Resources implementó un proceso estratégico de reformulación del proyecto y, como parte de la transformación necesaria para hacer de Cerro Blanco un vehículo que potencie la prosperidad del país, las comunidades y el negocio.
En 2021, la empresa local, se convirtió en Elevar Resources y ese nacimiento significó materializar la convicción de la empresa por impulsar un mejor futuro, y anticiparse a las realidades de su entorno a través del desarrollo de un modelo empresarial que se nutre de la trayectoria de más de 45 años de un grupo experto en el sector cuya casa matriz es canadiense.
Parte de los pilares de la organización es que entiende el contexto de Guatemala y su gente, para así desplegar su filosofía de valor compartido de manera asertiva, sostenible y respetuosa con la sociedad y los ecosistemas con los que convive.
En ese sentido, la mina Cerro Blanco representa mayores oportunidades en materia de generación de empleo local, dinamización de la economía del país a través de impuestos y regalías; así como un control más estricto del manejo ambiental.
“El proyecto tiene más de 2,5 millones de onzas de oro, por lo que tendría el potencial para convertirse en un hito que marque la historia de un nuevo desarrollo en Guatemala. Como el metal disponible está ubicado cerca de la superficie, nos vimos en la necesidad de encontrar un modelo que transformara el antiguo método extractivo subterráneo en uno más asertivo en términos técnicos y de seguridad”, afirmó el Gerente de Operaciones, Santiago Correa.
Es así como desde el 2021, y por orientación del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (MARN) que resolvió que el procedimiento a seguir era solicitar una actualización que debía estar basada en los términos de referencia que remitieron en su momento, se completó un estudio técnico y de ingeniería integral –que tomó casi 8 meses completar con el apoyo de firmas internacionales y de una consultora nacional registrada en el MARN-. Este estudio, que excedió los requerimientos detallados en los términos de referencia que soportan cada impacto evaluado, describe la nueva estrategia de desarrollo, pasando de un modelo subterráneo a uno de minería de superficie, que generaría mayor seguridad, mayor capacidad, mayores beneficios y mayor valor compartido para Guatemala.
En junio pasado el MARN, a través de sus nuevas autoridades, resolvió que la Mina Cerro Blanco debía presentar un nuevo estudio de impacto ambiental, dejando el proyecto en pausa.
“En el país existen cuatro proyectos mineros que están en pausa, entre ellos, el de mina Cerro Blanco, el cual de estar vigente atraería una inversión de más de US$600 millones al país, pero no lo ha logrado debido a recursos legales que deben resolverse. Estos procedimientos generan incertidumbre al sector. Pero, si los cuatro proyectos estuvieran operando, sus actividades aportarían al 1% del Producto Interno Bruto (PIB), generarían más de 39,000 empleos directos e indirectos, y más de US$672 millones de aportes en regalías al Estado de Guatemala, dinero que se podría invertir en proyectos de desarrollo sostenible como infraestructura, salud, saneamiento de aguas, entre otros”, comentó Valery Zurita, directora ejecutiva de la Gremial de Recursos Naturales, Minas y Canteras (Grenat) miembro de la Cámara de Industria de Guatemala.
La empresa representante de la mina, Elevar Resources, presentó un recurso indicando que esa actuación del MARN es improcedente. Aunque se analizan otras alternativas legales, que de ser necesario se presentarían en su momento, existe la firme voluntad de continuar el camino administrativo y las conversaciones con las autoridades para retomar el debido proceso iniciado en 2021.
En conclusión, la mina Cerro Blanco seguirá buscando la forma de continuar sus operaciones en Guatemala promoviendo lo siguiente:
Actuar con transparencia y cumplir con lo establecido en el Reglamento de Evaluación, Control, y seguimiento ambiental del MARN.
La documentación presentada ante el MARN para la evaluación excedía en calidad los términos de referencia emitidos por la institución, los cuales contienen toda la información requerida para un nuevo proyecto Categoría A.
Todos los impactos fueron evaluados y medidos, así como sus medidas de manejo a implementar.
Las inconsistencias expresadas públicamente por el MARN corresponden a situaciones administrativas internas ajenas a la empresa.
La empresa hará uso de los mecanismos legales disponibles para hacer cumplir el debido proceso y velar por el respeto a los derechos adquiridos y la certeza jurídica.
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