En un mundo donde la alimentación se ha convertido en un campo de batalla entre la salud y la conveniencia, la "Iniciativa de Ley 5504 Promoción de Alimentación Saludable" se presenta como un faro de esperanza. Durante un conversatorio organizado por AEFCS y la coalición Guatemala Saludable, la experta Gabriela Lima, coordinadora de la Cooperación Técnica del Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP), desglosó un innovador modelo de etiquetado frontal de alimentos, diseñado para enfrentar la creciente epidemia de enfermedades crónicas asociadas al consumo de productos ultra procesados.
Con el compromiso de empoderar a los consumidores mediante información clara y accesible, este modelo no solo busca transformar las decisiones alimenticias a nivel individual, sino también abogar por políticas que promuevan una vida más saludable para todos. En un contexto alarmante de crisis nutricional, la propuesta plantea un cambio radical hacia una alimentación más consciente y equilibrada, resaltando la urgencia de adaptar nuestras prácticas y hábitos en pro del bienestar colectivo.
Para que un perfil de nutrientes se pueda aplicar a un etiquetado frontal eficiente debe cumplir varias funciones clave, que son fundamentales para mejorar la salud pública y fomentar decisiones de compra más informadas, indicó Lima:
1. Enfoque en nutrientes críticos: El modelo se centra en el análisis de nutrientes que tienen un impacto significativo en la salud, como azúcares añadidos, sodio, y grasas saturadas e insaturadas. Estos nutrientes están relacionados con el desarrollo de enfermedades crónicas, como la diabetes y la hipertensión.
2. Establecimiento de estándares: Una de las características clave del perfil es la definición de estándares para los niveles aceptables de estos nutrientes en los alimentos. Esto permite una comparación eficaz entre productos similares, ayudando a identificar aquellos que superan los límites recomendados.
3. Regulación de la industria alimentaria: El modelo busca establecer mecanismos de regulación que puedan ser convertidos en políticas públicas. Esto proporciona al gobierno herramientas para regular la industria alimentaria y fomentar prácticas más saludables, protegiendo así a la población.
Impacto en la salud pública
Según comentó Lima, el etiquetado frontal de alimentos es una herramienta efectiva para combatir los problemas nutricionales y promover una dieta más saludable. Sin embargo, su éxito requerirá una implementación rigurosa, una comunicación clara y un compromiso constante de las autoridades y la industria alimentaria.
El etiquetado frontal no solo proporcionaría información valiosa para los consumidores, sino que también reflejaría un cambio cultural hacia una mayor responsabilidad en el ámbito de la salud y la nutrición. Es una herramienta que, si se utiliza correctamente, puede transformar positivamente el panorama alimentario de Guatemala, beneficiando a generaciones presentes y futuras, concluyó Lima.
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