Los cigarrillos de contrabando que ingresan a Guatemala sin ningún tipo de control sanitario representan un grave peligro para la salud pública. Así lo denunció el auxiliar fiscal Carlos Alquijay, de la Fiscalía contra Delitos de Defraudación y Contrabando Aduanero del Ministerio Público, durante una entrevista en el programa Espacio Libre de Radio Infinita.
“Se han encontrado diferentes plagas en el tabaco de contrabando, hasta heces de ratones por el tipo de almacenamiento que se les da a estos cigarros, que no es el correcto”, señaló el fiscal, en referencia a los hallazgos derivados de investigaciones realizadas junto al Laboratorio Químico Fiscal de la Superintendencia de Administración Tributaria (SAT).
Estos productos, que ingresan al país por rutas ilegales como la zona libre de Belice y, especialmente, por el municipio de Melchor de Mencos, en Petén, eluden los registros sanitarios obligatorios. “Uno de los más importantes es el riesgo a la salud que conlleva la introducción de estos cigarrillos a territorio nacional, pues no cumplen con los registros y las medidas sanitarias establecidas en el Código de Salud”, advirtió.
En 2024, la SAT decomisó cigarrillos de contrabando por un valor aproximado de Q4.6 millones. Sin embargo, esta cifra representa solo una fracción del contrabando real que circula en el país. Así lo demuestran también las estadísticas más recientes del mercado, que revelan un crecimiento preocupante del consumo ilegal.
Según un estudio de la firma Total Research Network (TRN), presentado al mercado guatemalteco por la Comisión para la Defensa del Comercio Formal (CODECOF) de la Cámara de Industria de Guatemala, el contrabando de cigarrillos en el país registró un aumento significativo en 2024, alcanzando un 24.7%. Esto implica que casi uno de cada cuatro cigarrillos consumidos en el país proviene del mercado ilegal.
La modalidad de contrabando es diversa y constantemente cambiante. “Viene escondida en doble fondos o en el transporte público, por ejemplo, personas que vienen en autobuses y lo traen debajo de los asientos, hasta camiones con contenedores llenos de cigarros de contrabando”, describió.
Este delito no solo genera un perjuicio fiscal al Estado guatemalteco, sino que representa una amenaza directa a la salud de quienes consumen productos sin regulación ni control. No obstante, a pesar de los esfuerzos institucionales, el fenómeno sigue en aumento, indicó Alquijay.
Según el entrevistado, el Ministerio Público mantiene turnos activos las 24 horas, los 365 días del año, y, semanalmente, conocen de 6 a 10 casos de flagrancia en todos los puestos de control institucional.
Por ello, la Fiscalía hace un llamado urgente a la ciudadanía a evitar el consumo de productos de contrabando y a denunciar su distribución o comercialización, ya que estos pueden estar contaminados, no cuentan con permisos ni advertencias, y su consumo representa un riesgo real para la salud.
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